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Los bosques lluviosos: Conservando lo que queda
Lagartija Cnemidophorus lemniscatus en Honduras. (Foto de R. Butler)
FINANCIAMIENTO Y ORGANIZACIÓN
Ahora que hemos priorizado cuales son las áreas forestales que deben designarse como reservas, debemos enfocarnos en la implementación y administración de éstas áreas protegidas. Estos tres pasos requieren de un amplio espectro de participantes, desde agricultores locales hasta consejos de administración de corporaciones multinacionales, pasando por altos funcionarios de gobierno. Sin cooperación cualquier sistema de áreas protegidas está destinado al fracaso.
FINANCIAMIENTO
El establecimiento y mantenimiento de una reserva es bastante oneroso, tal como lo es el manejo forestal. La FAO estimó en 1997 que el sector forestal es financiado en sólo un 27% de lo que requiere, mientras que la Conferencia sobre Ambiente y Desarrollo (1992) de la ONU estimó el costo de la protección de los bosques tropicales mediante desarrollo sustentable en una cifra de 30 billones de dólares anuales. Los países en los cuales son mas necesarios el manejo forestal y de reservas no tienen ni los recursos ni el interés para financiar estos proyectos. Los gobiernos están más preocupados por mantener a su gente, por desarrollar a su país y por realizar pagos de interés de su deuda. Por lo tanto, algo del financiamiento debe provenir del exterior en forma de préstamos, cancelación de deuda e inversiones. Esto puede ser organizado y orquestado por organizaciones internacionales con el consentimiento de los habitantes de los países. Sin embargo, es importante poner más énfasis sobre los recursos locales, ya que el crecimiento de las obligaciones de deuda las esta volviendo impagables, lo cual afecta la capacidad de los países en desarrollo para atraer la inversión privada internacional.
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Mecanismos de Financiamiento Innovadores
Permisos Negociables de Bióxido de Carbono:
Con el propósito de designar bosques para mitigar los niveles de carbono atmosférico, los países en desarrollo pueden recibir pagos de naciones industrializadas que buscan contrarrestar sus emisiones de dicho elemento. Este tipo de programas son populares en muchos círculos debido a que "constituyen un mecanismo que motiva a los países ricos a pagar en beneficio de la conservación de bosques que trasciende fronteras". En efecto, estos esquemas promueven "la transferencia de fondos de los países industrializados hacia los países tropicales como una transacción comercial más que como una obra de caridad" (Costa 1996). Entre los ejemplos se encuentran Malasia, Indonesia, Bélice, Costa Rica, Guatemala y Ecuador.
Cuotas por Bio-prospección:
Los países tropicales pueden obtener ganancias al permitir que los científicos desarrollen productos a partir de plantas y animales nativos. Costa Rica fue el pionero en esta área, cuando alcanzó un acuerdo con la compañía farmacéutica estadounidense Merck, para la búsqueda de plantas con potencial medicinal. Con el acuerdo, una porción de las ganancias generadas por los compuestos que demuestren su valor comercial irá a las arcas del gobierno costarricense, el cual ha garantizado que algo de esos recursos serán destinados a proyectos de conservación. De manera similar, Givaudan, una compañía suiza de perfumes y saborizantes, envió en 2001 a un equipo a Madagascar para la búsqueda de nuevos aromas y sabores exóticos. Después de su expedición, los investigadores del consorcio "reconstruyeron" 40 esencias que podrían ser usados como productos comerciales. La compañía ha aceptado compartir una porción de las ganancias de estos productos con las comunidades locales a través de iniciativas de conservación y desarrollo.
Pagos por Deforestación: Su uso se está incrementando tanto para incrementar los ingresos como para proteger los ecosistemas boscosos. Los cargos por deforestación son impuestos a las empresas que deforestan. Los países que están implementando este mecanismo incluyen a Brasil y la República Centroafricana.
Pagos por Ecoturismo: Los pagos por ecoturismo mediante cuotas de entrada a los parques, impuestos hoteleros y cargos por servicios se están convirtiendo en una de las principales fuentes de financiamiento alrededor del mundo. Los fondos colectados se usan para mejorar la administración de la reserva, contratar guías y guarda parques y para expandir los limites del área.
Permisos Científicos: Tal como los pagos por ecoturismo, las cuotas científicas se acostumbran en muchas regiones del planeta y con frecuencia se usan para financiar las reservas. Los críticos dicen que estas cuotas reducen el estimulo para que los científicos extranjeros hagan investigación y limita las oportunidades a los investigadores locales de beneficiarse con la presencia de personal foráneo.
Pagos por Cuenca Hidrológica: El gobierno impone estos cargos a la población urbana para la protección y reforestación de laderas de montanas que aseguren un flujo constante de agua fresca y limpia hacia las ciudades. Ejemplos: Costa Rica, Brasil, Indonesia y Malasia.
Créditos negociables para actividades de reforestación y conservación:
Son créditos financieros otorgados por los países industrializados a los países tropicales a cambio de protección ambiental.
Compensaciones para la conservación: Algunos gobiernos otorgan compensaciones monetarias a los agricultores y propietarios de la tierra que permiten que sus tierras sean reconvertidas a bosque.
Patrocinios corporativos: Las empresas se han mostrado un poco lentas en la "adopción" de reservas, pero tienen el dinero y el interés mercadotécnico para echar un vistazo de cerca a estos esquemas. Véase abajo más detalles sobre un plan potencial.
El plan Linden-Lovejoy-Phillips: Una idea interesante para los bosques tropicales propuesta por Eugene Linden, Thomas Lovejoy y Daniel Phillips consiste en dividir en bloques las áreas naturales y después solicitar compromisos de financiamiento a grupos ambientalistas internacionales, instituciones de desarrollo, empresas y otros donantes con credibilidad. Tiene que existir una especie de subasta después de la cual una entidad toma la responsabilidad para mantener la cobertura y la integridad del bosque en cada bloque del ecosistema. Este plan puede ser un camino para que las empresas se involucren en la conservación a modo de herramienta de relaciones publicas o de mercadotecnia. Un porcentaje de las ganancias podría ser destinado a un fideicomiso que realizaría pagos para proyectos de desarrollo sustentable y conservación que se encuentren en marcha.
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METODOS DE FINANCIAMIENTO
Intercambio de Deuda
Uno de los métodos para financiar proyectos de conservación en los países en desarrollo son los programas de canje de deuda por naturaleza, con los cuales organizaciones conservacionistas internacionales compran una parte de la deuda comercial de un país o convencen a los bancos acreedores para que condonen algo de la deuda. La deuda externa puede comprarse hasta en un 50 a 90% de su valor real y en ocasiones por mucho menos. Por ejemplo, la organización sin fines de lucro Conservación Internacional compró el equivalente a 650 mil dólares de deuda boliviana por únicamente 100 mil dólares cuando inició el primer programa de canje de deuda en 1987. A cambio de mitigar la obligación para el pago de la deuda internacional, el país acuerda destinar recursos para la promoción de la conservación y el desarrollo sustentable, para la expansión de programas de educación ambiental, para compra de tierras y para mejorar el manejo de las mismas. Para 1996, los acuerdos de canje de deuda por naturaleza alcanzaron casi 1 billón de dólares y se concretaron en 16 países incluyendo Argentina, Bolivia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Madagascar, Filipinas, Venezuela y Zambia.
En marzo de 1998, la Corte de Estados Unidos aprobó una partida presupuestal que autorizaba 325 millones de dólares para canjes de deuda durante un periodo de tres años. En cumplimiento del Acta de Conservación de Bosques Tropicales, propuesta por los senadores republicanos de Ohio R. Portman y J. Kasich, los EE. UU. reducen o con donan la deuda contraída por los países en desarrollo a cambio del establecimiento de fondos forestales usados para la conservación y la promoción de reformas económicas. El acta determina que los proyectos deberán ser realizados a nivel local por organizaciones no gubernamentales, comunitarias y/o indígenas, En el presupuesto federal del año 2001, el Presidente Clinton propuso aumentar el financiamiento para los programas de canje de deuda, mientras que el Presidente ha dado continuidad a esta política con acuerdos celebrados con Perú y Jamaica.
De acuerdo a un análisis del Banco Mundial, aunque los acuerdos de canje de deuda jamás podrán reducir significativamente las deudas externas de los países pobres —ya que son demasiado elevadas para estos esquemas— si pueden aumentar drásticamente la cantidad de recursos que el país deudor destina a la protección ambiental.
Estrategias de Financiamiento con Posibilidades a Futuro
Existen otros medios que pueden ser útiles para financiar a las reservas, aunque estos no han sido desarrollados a su máximo potencial. La mayoría se basan en el concepto de que todos los países deberían financiar la preservación de los bosques lluviosos debido a que los efectos de la deforestación nos afectan a todos. Esto es porque los ambientes más diversos generalmente se encuentran en los países más pobres del mundo, los cuales no tienen dinero para realizarlos, mientras que los países más ricos se encuentran en regiones templadas y por lo tanto deberían ser ellos los principales financiadores de dichos proyectos. Para apoyar a estos programas, el gobierno puede reducir los subsidios otorgados actualmente a ciertas industrias contaminantes y dañinas al ambiente.
Fondos Negociables de Gases de Invernadero
Programas de Compensación de Emisiones de Carbono
El Parque Nacional Noel Kempff Mercado, Bolivia
Reducción de Impuestos y Conservación del Ambiente
Un mecanismo potencial para subsidiar a las reservas en el futuro consiste en un proyecto de financiamiento global. Los bosques lluviosos y otras reservas podrían ser financiadas por un fondo constituido por donativos de países de todo el mundo. Este fondo recibiría los ingresos de un impuesto aplicado a las naciones de zonas templadas tabulado de acuerdo a la cantidad de contaminación liberada a la atmósfera. Los países tropicales recibirían con regularidad los pagos de este fondo para financiar nuevos programas ambientales y para mantener los ya existentes. Los pagos pueden reducirse o incluso suspenderse si el país receptor falla en sus obligaciones al reprimir a sus habitantes, violar las regulaciones ambientales o usar inadecuadamente los recursos. Este programa podría funcionar pero solo si es llevado a cabo de manera justa y eficiente para que la gente que vive dentro y cerca de las reservas reciba una una porción adecuada de los apoyos. El programa no puede ignorar el concepto de desarrollo sustentable. La corrupción también puede ser una fuente de preocupación, y los países occidentales pueden reaccionar como si se tratara de una simple transferencia de riqueza de los países ricos a los pobres.
Otra manera de ayudar a solventar las presiones crediticias de los países tropicales estriba en reformar la perspectiva en el que las empresas del mundo industrializado perciben los fondos bloqueados. Estos se refieren a la situación que se presenta cuando un país no puede pagar los bienes y servicios proporcionados por una compañía extranjera. Con frecuencia, la compañía considera que la deuda es impagable en un determinado periodo de tiempo. En lugar de agregar intereses adicionales que también es poco probable que se solventen, la empresa podría donar los fondos bloqueados a cambio de garantías para la protección del bosque y todavía alcanzar a recibir una exención fiscal de su propio gobierno por el donativo caritativo. A largo plazo, la compañía podría solventar un poco de la pérdida (la exención podría cubrir el costo de los servicios realizados) y ganar una mejor reputación ayudando a salvar al planeta.
Un nuevo concepto propuesto para cuantificar el valor económico de los bosques no explotados comercialmente se conoce como "capital forestal." Bajo este sistema, sugerido a la Comisión Mundial sobre Bosques y Desarrollo Sustentable, los países serian premiados por no explotar su "capital forestal." A cambio de descartar el ingreso que hubiera podido obtenerse por la actividades de extracción, los países recibirían créditos de organismos internacionales. Al igual que los créditos de bióxido de carbono y de contaminación, "el capital forestal" es una manera de insertar a los bosques intactos en la economía global.
Un concepto similar ganó respaldo durante la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático celebrada en 2005 en la ciudad de Montreal. Un grupo de diez países, liderados por Papua Nueva Guinea, propuso que los países ricos les paguen por conservar sus bosques. La Coalición de Naciones del Bosque Lluvioso argumenta que todos los países deberían pagar por los beneficios proporcionados por los bosques tropicales —desde secuestro de carbono hasta protección de cuencas .
Preguntas de repaso:
- ¿Cómo se puede usar la contaminación que producen los países ricos en la protección de los bosque lluviosos de los países pobres?
- ¿Qué es un bono de deuda por naturaleza?
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Continúa: Organización de los Esfuerzos de Conservación de los Bosques Lluviosos
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