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Los bosques lluviosos:
El Dosel
Epífita en el bosque lluvioso de Venezuela. (Foto de R. Butler)
EPÍFITAS
Existen más de 15,000 epífitas únicamente en la región tropical y más de 30,000 en el mundo entero, así como una gran cantidad de especies que aún no han sido catalogadas. El término epífita describe a una planta, que al igual que un parásito crece en el hospedero, pero a diferencia del mismo no toma nutrimentos del árbol y depende de los nutrimentos del aire, precipitación y de la composta que yace en las ramas de los árboles. El modo de vida de las epífitas les confiere a estas plantas ventajas en el bosque lluvioso, permitiéndoles tener acceso a la luz directa del sol, a un mayor número de animales polinizadores del dosel y a la posibilidad de dispersar sus semillas a través del viento. Las epífitas deben de ser familiares para los habitantes de los climas templados, ya que muchas plantas caseras y "plantas aéreas" son epífitas del bosque lluvioso.
Las epífitas existen en los bosques lluviosos, pero su abundancia es mayor en el bosque de neblina, el cual se encuentra a una elevación de 3,300-6,600 pies (1,000-2,000 m) y está cargado de niebla. Las epífitas pertenecen a 83 familias, de las cuales la mayoría son helechos y plantas con flores. Algunas de las epífitas mejor conocidas incluyen helechos, líquenes, cactus, bromelias (más de 2,000 especies) y orquídeas.
Las orquídeas son el grupo más diverso de plantas con flores con más de 18,000 especies, que representan alrededor del 8 por ciento de todas las plantas con flores en el mundo. Se estima que existen de 10,000 a 12,000 especies que aún no han sido descritas. Muchas de estas especies son endémicas de microhábitats, como por ejemplo un solo valle andino o un cañón en Guyana, y son muy poco comunes. Es probable que cada año se extingan cientos de orquídeas, al mismo tiempo que los valles son destruídos, especialmente a lo largo de los Andes. No obstante, existe una gran variedad de orquídeas, que van desde las especies que crecen en el suelo hasta el 70 por ciento de las orquídeas que crecen como epífitas.
Las orquídeas están muy bien adaptadas a la vida en el dosel. Tienen raíces con una gran superficie para una rápida absorción de nutrimentos y agua. Sus tallos secundarios pueden almacenar agua, de modo que la planta puede resistir periodos de sequía.
Una razón para que las orquídeas sean tan exitosas en el bosque, es que producen semillas diminutas (medidas en micrones), cuyos números alcanzan los cientos de miles. La capa de la semilla con forma de balón y el tamaño pequeño de la misma, le permite ser dispersada a grandes distancias, mediante las corrientes de aire.
Las orquídeas también utilizan insectos para dispersar su polen. Algunas especies de Madagascar emiten un fuerte olor que atrae a las polillas esfinge, quienes toman el néctar de las flores blancas y transportan después polen, con el que fertilizan inadvertidamente otras orquídeas. La mariposa halcón—que superficialmente es similar al colibrí—tiene una lengua que excede las 14 pulgadas (35 cm), de esta manera sólo ella puede penetrar en la larga flor de la especie de orquídea Angraecum sesquipedale. Un gran número de especies de orquídeas tiene floraciones diminutas, casi microscópicas, que emiten un olor a moho que atrae pequeñas moscas para la fertilización. La orquídea cubo de América Central está equipada con una pequeña estructura en forma de cubo en la parte posterior de la flor. La flor produce un aceite que es vertido en el "cubo" y atrae abejas con su olor característico. Cada especie de orquídea cubo tiene su propio aroma, así que cada una atrae a su propia especie de abeja. Cuando el macho huele el perfume, vuela a la orquídea para colectar la sutancia aceitosa que utilizará para atraer a las hembras (él es atraído por el aroma de una sola especie, debido a que su objetivo es atraer únicamente a hembras de la misma especie). Sin embargo, cuando la abeja está colectando el aceite, es fruecuente que el insecto caiga dentro del cubo. La única manera de salir es a través de un tubo. La abeja se mueve a través de éste, quedando "etiquetada" con el polen de la orquídea, así que cuando visita la siguiente flor, ésta queda polinizada cuando el macho pasa por el túnel. Otra estrategia interesante de reproducción es la de la orquídea dama danzante de Sudamérica. Esta planta produce muchas flores diminutas que están acomodadas de tal manera que "bailan" aún con la brisa más leve. Estas flores estan suficientemente animadas para que las abejas pequeñas—piensen que son intrusas—las ataquen y en el proceso sean espolvoreadas con polen.
Los cactus del bosque lluvioso son completamente diferentes a los cactus de las zonas templadas y desérticas del mundo. Los cactus del desierto crecen en el suelo o en la arena para poder obtener humedad, y están equipados con hojas redondas y cerosas que reducen la pérdida de agua. Estos cactus están protegidos normalmente con espinas puntiagudas. Sin embargo, la mayoría de los cactus en regiones tropicales crecen en el dosel como epífitas, carecen de espinas puntiagudas y tienen hojas alargadas para la absorción de luz, no para la retención de agua.
Las epífitas agregan una nueva dimensión al bosque, creando nuevos nichos para se explotados por un gran número de especies. Uno de los mejores ejemplos de un ecosistema diminuto, basado en una epífita, es el de la bromelia tanque de Sudamérica, cuyas hojas rígidas con vista hacia arriba pueden almacenar más de dos galones (8 l) de agua. Estas reservas, no sólo proveen de agua a muchos animales del dosel, sino que también crean un hábitat entero que algunas especies utilizan como refugio o para reproducirse. En estas piscinas existe una multitud de larvas de insectos que son alimentados por otros animales. Los depósitos de la bromelia tanque sirven como criadero para los renacuajos de las ranas venenosas punta de flecha. La hembra deposita sus huevos en la hoja o en madrigueras del suelo. Cuando los renacuajos eclosionan, la rana les permite montar en su espalda y se dirige a la bromelia, en donde deposita a los ajolotes dentro de un compartimento de la planta que se encuentre libre de depredadores potenciales. El renacuajo se alimenta de los insectos en desarrollo que se encuentran en el almacén. Algunas especies de rana emplean otra estrategia: regresan a la bromelia cada pocos días para depositar un huevo infértil en el agua. El renacuajo puede entonces alimentarse de la yema del huevo. Las bromelias, especialmente aquellas con cámaras interconectadas, son colonizadas frecuentemente por hormigas de aguijón, quienes proveen a la planta de nutrimentos producidos por sus desperdicios y su colección de guijarros.
Las epífitas están estupendamente adaptadas a las severas condiciones del dosel: la seria carencia de agua y la escasez de minerales y nutrimentos. Muchas especies, como las orquídeas, han desarrollado estructuras para almacenar agua. Algunas tienen tallos gruesos, otras tienen pelos en las hojas que cierran eficazmente los estomas de la planta cuando hay sequía, y las bromelias tanque retienen agua en sus hojas rígidas. Para contrarrestar la carencia de nutrimentos, las especies de plantas han desarrollado relaciones simbióticas con animales o tienen algunos mecanismos, como por ejemplo una forma de canasta, para atrapar los desperdicios caídos que se descomponen y les proveen sustento. Una cantidad sorprendentemente elevada de nutrimentos es provista por la precipitación. Por ejemplo, en un sitio cerca de Manaus, Brasil, la lluvia acarreó tres kilogramos de fósforo, dos kilogramos de hierro y diez kilogramos de nitrógeno por hectárea al año. Como se mencionó, las bromelias y otras especies de epífitas depeden de las relaciones simbióticas: las bromelias tanque utilizan el excremento producido por los habitantes de sus almacenes de agua, mientras que otras bromelias, inlcuyendo a las epífitas de nido y las mirmecófitas, dependen de los desperdicios de los residentes y las colonias.
Las epífitas producen muchas más semillas que sus contrapartes del suelo, debido a que muchas de ellas no logran llegar a los lugares adecuados para el crecimiento. Muchas epífitas tienen semillas microscópicas, que se dispersan con el viento y están equipadas con estructuras deslizantes o con paracaídas. Aún las epífitas que ofrecen fruta carnosa, pueden llegar a tener miles de semillas en una sola baya. El muérdago, un parásito arbóreo, es un típico ejemplo de una planta aérea similar a una epífita con semillas que son dispersadas para asegurar la supervivencia de la especie. Sus bayas tienen una cubierta laxante, así que pasan rápidamente a través del sistema digestivo de las aves que lo consumen. Además, las semillas tienen una cubierta pegajosa, de manera que cuando son excretadas por el ave, se pegan en las plumas de la cola. De este modo, cuando las aves tallan las semillas (complementadas con fertilizante natural) en las ramas del dosel, éstas terminan justo en el lugar adecuado para crecer.
Las epífitas crecen con mayor facilidad en grietas, surcos, escondrijos y agujeros, en donde los desperdicios orgánicos se acumulan y proveen sustento para iniciar el crecimiento. La composta del dosel creada por hojas, madera y desperdicio caído de animales, es abundante, y provee humedad y minerales traza para el crecimiento de las epífitas.
Preguntas de repaso:
- ¿Qué son las epífitas?
- Verdadero o falso—Las orquídeas son un tipo de epífitas.
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Continúa: Enredaderas y lianas
Excepto donde sea indicado expresamente, todo el contenido de este sitio web ha sido escrito por Rhett A. Butler. Este sitio web ha sido traducido por Genoveva Trejo Macías.
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