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Los bosques lluviosos: Habitantes humanos
Casa pigmea hecha con ramas y hojas en el norte de la República del Congo. (Foto cortesía de "Tornasole")
HABITANTES DEL BOSQUE LLUVIOSO AFRICANO
En la actalidad, el bosque lluvioso africano es hogar de una de las tribus más famosas, los "pigmeos", del
bosque de Ituri al norte de Zaire. Los pigmeos más altos, conocidos como los Mbuti, raras veces rebasan los cinco pies (1.5 m). Además de los Mbuti, existen otros tres grupos africanos importantes: los Aka (República Centroafricana
y el norte del Congo), los Baka (sur de Camerún) y los Twa (cuenca central del Río Zaire). Juntos, estos grupos
suman de 130,000 a 170,000 habitantes, distribuidos en una gran extensión de bosque. El resultado de su amplia distribución es una
baja densidad poblacional; en los Mbuti existe en promedio menos de una persona por cada milla y media cuadrada (cuatro kilómetros
cuadrados).
Los habitantes africanos del bosque tienden a ser notablemente más pequeños que los de las sabanas, y los pigmeos son el ejemplo
más extremo. Sin duda, su pequeño tamaño les permite moverse en el bosque con mayor eficiencia que la gente de mayor estatura.
Además, su pequeña masa corporal les permite a los pigmeos disipar mejor el calor corporal.
Los pigmeos viven en grupos que van de 15-70 personas, dependiendo de los factores externos —caza,
comercio, enfermedades y área boscosa. Estos grupos tienden a ser nómadas y se mueven a diferentes partes del bosque varias veces
al año, mientras cargan todas sus posesiones en la espalda. Su estilo de vida nómada es menos perjudicial para el
ambiente del bosque lluvioso, debido a que le permite al grupo moverse sin sobreexplotar la caza local y los recursos del bosque.
Cuando se establecen en algún sitio, los pigmeos limpian cualquier maleza, árboles pequeños y retoños, dejando intactos a los árboles que forman
el dosel. Bajo la cubierta del dosel, los pigmeos se protegen del intenso sol tropical, y pueden cosechar
mejor algunos alimentos como miel y animales. El grupo deja el dosel intacto, de modo que cuando se retira, el área puede regenerarse
rápidamente a un bosque semiprimario. Sus chozas parecen superficilamente iglúes, con un domo de plántulas entretejidas
y paredes hechas con las hojas de los árboles.
La mayoría de los habitantes africanos del bosque, pasan gran parte del año cerca de una aldea, en donde intercambian carne y miel por mandioca,
productos cultivados y otros bienes. Un grupo del bosque acostumbra negociar en la aldea con la familia de su elección y
una vez elegida, normalmente continúa negociando exclusivamente con ella. En ocasiones, la relación entre
ambas familias continúa a lo largo de generaciones. Los habitantes del bosque tienen la opción de quedarse en la
aldea, pero en lugar de hacer esto, regresan a una mejor vida en el bosque, en donde se enfrentan a menos enfermedades, tienen agua más
limpia, menos trabajo, más opciones, menos incertidumbre, ninguna necesidad de obtener dinero y menos disputas. Algunos estudios han revelado que
los habitantes africanos del bosque son más saludables y tienen una mejor dieta que otras poblaciones en el sub-Sahara africano.
La vida diaria de los habitantes del bosque es probablemente más simple que la de los aldeanos. Las mujeres realizan la mayor parte de la
cosecha, utilizando canastas que cargan en sus espaldas. Los hombres se concentran en la cacería y la colecta de miel—quizás
el producto forestal más apreciado y cotizado por los Mbuti y otros habitantes del bosque. Los Mbuti escalan
más de 100 pies (30 m) en el dosel para alcanzar la colmena que contiene miel. Una vez que alcanza el panal, el escalador
quema un tipo de madera que atonta a las abejas, y le permite irrumpir en la colmena y
colectar la miel.
Los habitantes africanos del bosque son excelentes cazadores y cada grupo se especializa en su propio método de caza. Por
ejemplo, los Efe cazan a sus presas (más de 45 especies de animales) casi exclusivamente con arcos y flechas. Otros
grupos, además de utilizar arcos y flechas, usan redes para capturar a sus presas. Aunque en estos grupos los hombres realizan la mayoría
de la caza de los animales arborícolas, utilizando arcos, flechas y ballestas, las mujeres juegan un papel importante en la captura de
los animales del suelo. Los hombres acomodan las redes en un semicírculo, formando una pared de hasta un kilómetro de longitud y
las mujeres acorralan a los animales en las redes, mientras que los hombres utilizan lanzas para matarlos.
Los habitantes del bosque tienen tradicionalmente un gran respeto por los animales que cazan y no sobreexplotan
el recurso. Aún así, el comercio de carne silvestre ha rebasado los niveles sustentables durante los últimos años para abastecer
la creciente demanda de las aldeas en expansión. Además, los habitantes africanos del bosque han sido contratados como guías
de los traficantes de marfil para encontrar a los elefantes del bosque que se encuentran en peligro de extinción y cuyos colmillos son más valiosos que los
de la sabana.
HABITANTES AFRICANOS DEL BOSQUE EN LA ACTUALIDAD
El pequeño número (en proporción a la población del sub-Sahara) de habitantes del bosque se encuentra severamente amenazado por la destrucción
de su hogar y por las políticas gubernamentales para acabar con las tradiciones del bosque. El gobierno centroafricano no les ha otorgado
pepeles legales de las tierras a los nativos del bosque. De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura, durante la década de los 80 y la primer mitad de los 90, África perdió el porcentaje más alto de los bosques lluviosos (10.5 por ciento)
de cualquier región forestada, lo que trajo como consecuencia la disminución de los habitantes del bosque. Gran parte de la deforestación es el resultado
de la expansión de las aldeas, debido a las presiones poblacionales en el bosque y la tala comercial de corporaciones
multinacionales. La tala es especialmente problemática, debido a que los asentamientos madereros y los caminos que conducen al interior del bosque, abren enormes
áreas que solían ser inaccesible para los colonizadores. Los campamentos madereros no sólo traen colonos indeseables,
sino que también acarrean enfermedades a los habitantes del bosque que carecen de inmunidad para enfrentarse a males exóticos como la malaria. Además, los
taladores normalmente no llevan mandioca, ni productos cultivados para intercambiar con los habitantes del bosque. En lugar de esto introducen dinero, tabaco
y marihuana. Los animales de caza están escaseando para los pigmeos, debido a la cacería furtiva de los taladores, y al ruido de
su maquinaria pesada y sus sierras eléctricas.
La reciente guerra civil y el éxodo de los refugiados del este de Zaire, ha tenido efectos desconocidos sobre los nativos
del bosque. Miles de refugiados se guarecieron en el bosque lluvioso. El grado de interacción entre
los refugiados y los nativos se desconoce casi por completo, aunque en algunas áreas se ha reportado que los pigmeos tuvieron dificultades
para obtener cantidades suficientes de carne.
Preguntas de repaso:
- ¿Los pigmeos son reales?
- ¿Por qué el estilo de vida tradicional de los africanos del bosque está siendo amenazado?
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Continúa: Habitantes asiáticos del bosque
Excepto donde sea indicado expresamente, todo el contenido de este sitio web ha sido escrito por Rhett A. Butler. Este sitio web ha sido traducido por Genoveva Trejo Macías.
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